El Gobierno del Doctor Frankestein
De lo poco que recuerdo de aquella película del monstruo de Frankenstein con Boris Karloff, era que el monstruo era un ser simple hasta que empezó a sentir. Este gobierno cosido con diferentes partidos, alguno de ellos en avanzado estado de descomposición y otros criados sobre las tumbas, ha nacido con voluntad propia gracias a la electricidad que alimenta a las emisoras de radio interesadas, a las televisiones miserables y a las rotativas infectas, siervas de uno intereses mezquinos, a la sombra de una sociedad pseudo-progre. Lo de menos es como ha nacido, lo importante es que ya está aquí para quedarse y para darnos miedo. Y cabría preguntarse si, como a aquella niñita que acompaño al monstruo del Doctor Frankenstein para jugar con flores en el rio, debemos dejarnos coger de su mano, o debemos salir huyendo despavoridos. No debemos tenerle miedo aunque sí respeto, no mientras esto siga siendo una democracia. Ahora, el monstruo es casi humano, y la mano que asesinó un día a