Otras opciones para la ley electoral




El sistema de elección de representantes ha servido durante décadas para organizar los estados, un referéndum cada cierto número de años permite a un estado tener una estabilidad considerable, dicha estabilidad ha permitido que un número indeterminado de individuos se perpetuaran en el poder y desde el pudieran seguir apesebrandose mientras el pueblo esperaba a que se produjeran los cambios necesarios para poder progresar “adecuadamente”.
Un pueblo no puede esperar indefinidamente soluciones que nunca llegan, o que llegan a cuentagotas propiciadas más por el devenir de las circunstancias coyunturales del planeta, las necesidades comerciales o por necesidades administrativas que por la necesidad de avance natural de cualquier civilización.
En la actualidad estamos en manos de los medios de comunicación, de los intereses privados, de las grandes corporaciones, de los bancos, de las grandes fortunas, y en general de cualquiera que pueda de cualquier manera alterar en su favor el normal funcionamiento de una población. Nuestros representantes son nuestros servidores y no al contrario, y en un mundo tan complejo como el nuestro no sirve que nuestro servidor solo sepa como hacer política. Tenemos que gobernar a nuestros gobernantes y no al contrario. En un mundo como el presente ya no son válidas soluciones de hace un siglo.
La democracia ha de funcionar en una comunidad sana. El sentido de la democracia está en el poder de elección de representantes. ¿Hasta que punto el comunismo puede ser una democracia? … hasta cualquiera. SI hay poder de elección por parte de la población un sistema comunista puede ser una democracia, e incluso una dictadura puede estar basada en una democracia.
El poder legislativo y el ejecutivo precisan de tiempo para llevar a cabo sus cometidos y desarrollar las leyes o políticas que publicitaron en sus respectivas campañas electorales. Por así decirlo, desarrollan para un país proyectos a corto y medio plazo que en la mayoría de las ocasiones postergan hasta fechas próximas a las siguientes elecciones ya que conocen la pésima memoria que tiene una población como ente global inconexo. No son células  que están en contacto con el resto de las células formando nodos de pensamiento o corrientes de ideas que llevan a un fin, como podría ser la comunicación entre diferentes células de nuestro cuerpo que ante una necesidad como puede ser la sed, nos llevan a levantar, por ejemplo, un vaso para beber agua. Cuando levanta la mano el estado, la población ya se ha muerto de sed.
Un estado hoy ha de ser dinámico, más que cualquier sistema que hayamos conocido hasta el momento, ha de tener un grado de participación y de decisión que nos hagan ponernos a la vanguardia de todo lo que esté por venir. Tenemos que ser audaces… audaces y precavidos. Que algo parezca a todas luces que puede ser una solución, no implica que hoy lo sea, puede que no lo sea nunca, pero no descarta que deba probarse o experimentar dicha idea.
Quisiera sacar a la luz una idea, seguramente ya expuesta anteriormente, que consiste en desarrollar una votación continua, que permitiría a través de una aplicación de Internet un apoyo constante a un proyecto o a varios con una duración indeterminada, de forma que se apoya a proyectos concretos con un peso concreto de cada ciudadano en cada proyecto de acuerdo a las circunstancias personales de cada uno.
Ejemplo:
Ciudadano que vive de la pesca, le gusta la música y le quedan pocos años para jubilarse, no tiene problemas serios de salud y cree que la energía nuclear no supone un problema. El resto de problemas no le interesan.
40% Partido A, que defiende la pesca sostenible.
30% Partido B, que defiende el actualizar las pensiones públicas.
10% Partido A, que aboga por incluir de nuevo la música en la escuela
10% Partido C, que pretende instaurar el co-pago en la sanidad
10% Partido A, que defiende el uso de la energía nuclear.
0% Al resto de propuestas.
El gobierno lo ostentaría el partido con mayor peso, y los diferentes congresos de cada uno de los ministerios serían proporcionales a los pesos obtenidos en cada área, por supuesto sobre una circunscripción nacional. 
 Cuando estamos enfermos, acudimos a un médico, cuando estamos parados, acudimos a una agencia de colocación, cuando tenemos que plantear una denuncia por malos tratos, acudimos a un abogado especializado en delitos de género; sin embargo cuando tenemos muchos problemas diferentes como puede tener una sociedad: Sanidad, Trabajo, Medio ambiente, Derecho internacional, Agricultura o Pesca, acudimos a un partido político que podrán o no tener las mismas ideas, conocimientos o inquietudes en unas áreas que en otras. Hoy, por ejemplo, se pone en cuestión que la noticia sea la exhumación de Franco y no el paro, los nacionalismos o la exclusión social. Ni se puede poner a un partido que defiende la naturaleza al frente de un país, ni uno que su principal aspiración es exhumar al dictador al frente del Ministerio de medio ambiente. Sería una forma adecuada de profesionalizar los distintos ministerios para conseguir un mejor resultado de cara a la población.
La operativa hoy seria “sencilla”, basta una clave de usuario y una contraseña para que un individuo defina claramente lo que le interesa y que partido “político” quiere que lo desarrolle. A partir de aquí es cuando aparecen las complicaciones, que seguro pueden resolverse “adecuadamente”. En cualquiera de los casos, el partido político que pretenda gobernar tendrá que afanarse por cumplir en pesca o en sanidad, lo que está claro que no abandonará el país por el deseo o la necesidad de exhumar a un dictador, que lo hará igual, pero no olvidará la pesca.
Los experimentos se hacen con gaseosa, por eso es muy importante el ser extremadamente cuidadosos y realizar tan drásticos cambios de forma que las transiciones sean lentas tanto para la sociedad como para la reglamentación que tenga que desarrollarse. El primer periodo de apoyo podría durar cuatro años y en cada cambio de gobierno se reduciría el periodo en medio año, con lo que llegaría el momento en que un gobierno se pudiera cambiar de un día a otro, aún cuando existieran departamentos “productivos para la población” que se pudieran mantener indefinidamente.
En vez de un congreso de los diputados ignorante en la mayoría de las cuestiones y un gobierno con intereses partidistas, tendríamos múltiples congresos especializados y un gobierno responsable con la población, y a su servicio.

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