El hombre neumático
El
principio de acción y reacción nos indica que a cada acción le corresponde una
reacción del mismo sentido y dirección contraria, esto es la resistencia que
se opone al avance, al andar, al progreso, pero aún así andamos, andamos aunque
exista resistencia, andamos a pesar de la resistencia. Esta resistencia como
decía Gila, se podía concretar en el desgaste de patio y también en el desgaste
del niño. El desgaste es de igual manera del niño y del patio, pero el desgaste del niño siempre es mayor; para el
desplazamiento de los vehículos pueden existir dos opciones: que la carretera
sea blanda y las ruedas duras, o como ha sido al final, que la carretera sea
dura y los neumáticos blandos, lo duro en la relación hombre/sociedad es la
sociedad, la sociedad es dura y correosa y el hombre blando. Para una acción,
siempre hay una reacción, y no es justo que el que se gaste sea el hombre, la
sociedad no siente, el hombre sí, la sociedad no pasa hambre ni penas, el
hombre sí, el hombre muere y la sociedad no, los hombres somos neumáticos. No
es justo que el hombre sea el blando, lo blando debería ser la sociedad.
¿Y como
hacemos una sociedad blanda?, ¿Como cambiamos la capa de rodadura de la
sociedad?, ¿Cómo hacemos que se desgaste la sociedad y no el hombre? ¿Habría
que cambiar a la sociedad de tanto en tanto, o basta con que renovemos la capa
de rodadura?, ¿Es la política la banda de rodadura de la sociedad?, ¿Cómo
debería ser la política?, ¿Blanda para que los hombres puedan ser duros, o dura
para que los hombres sean blandos?
Demasiadas
preguntas, demasiadas respuestas. Pero a mi parecer es la política la que
debería ser blanda y permitir que al acelerar el hombre sean trozos de la
política lo que quede en la carretera. Debería estar hecha de un material que
permitiese que en caso de caída, el hombre no sufriera daño alguno. Ese debería
ser el alma de la política, el de protección. Para la sociedad es mas caro
cambiar a la política que cambiar a las personas, ya que a la postre, estas han
de morir, y con cada renovación los neumáticos pagarán los peajes de la
política. Hay que cambiar a las políticas de siempre, las derechas, las
izquierdas, los liberales, los conservadores, por otras que se puedan renovar
según las vayamos gastando a nuestra merced. No es cuestión de cambiar el
nombre, es cuestión de cambiar la aptitud.
Lo que hoy
interesa son las políticas duras, inapelables, monolíticas, pero interesan
porque no se conocen las carreteras blandas, si se conocieran, posiblemente
interesaría a la sociedad que fuesen blandas.
Lo difícil,
es transitar por carreteras de distinta dureza. El que venga de carreteras
duras podrá conducir sin problemas, pero al contrario no funcionaría ya que
perdería el agarre. Deberíamos conseguir igualar los firmes de las carreteras a
la vez… Son demasiadas cuestiones, pero habrá que ir solucionandolas poco a
poco, por que esto no avanza, los hombres quemamos las ruedas antes de poder
avanzar, antes de conseguir progresar, antes de conseguir vivir.
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