La limpieza en las ideas
Cada uno es libre de pensar lo
que le venga en gana, y está en su derecho el intentar que se lleve a cabo su forma
de ver la vida por medio de sus representantes: los partidos políticos. Hasta
aquí parece que todo es correcto, parece que el razonamiento es válido en un
sistema de representación parlamentario, otra cosa sería pretender conseguir un
sistema en el cual no existan representantes, y en el por ejemplo cada uno
pueda elevar sus consideraciones respecto a cualquier tema a través de alguna
aplicación informática, por ejemplo. ¿Sería esta forma de gobierno una forma
perfecta de Democracia?, no lo sé, igual no estamos aún preparados. Los
experimentos, con gaseosa, aunque tampoco habría que descartar realizar estos
experimentos.
Normalmente la puesta en práctica
de lo que uno tiene en la mente se ve ensuciado por el factor humano, que
siempre existirá y es francamente difícil librarse de él. Perfectamente un partido
político puede presentar un programa electoral que sea acorde a nuestras ideas
y al final, por intereses de partido, particulares (o lo que sea), llevar a
cabo ideas contrarias a nuestro ser. Los intereses de partido vienen siendo
como el canon que hemos de pagar por ser fieles a una marca.
Curiosamente, el efecto debería
ser al contrario, es decir, si un partido político fuese la dirección de una
empresa, debería intentar mejorar su productividad en cuanto al número de ideas
que llevan a cabo en nuestro nombre. Debería intentar magnificar nuestros
beneficios y darnos el mejor trato posible como clientes o como trabajadores. Pero
los partidos políticos actúan según otros intereses desconocidos para nosotros,
corrompiendo nuestras ilusiones y esperanzas, amparándose en la falta de
alternativas, por falta de quien ponga en pie esas ideas y las lleve a cabo.
Nuestras ideas están a falta de otro calificativo más certero, secuestradas.
Nosotros somos la empresa, en
cuanto a que nosotros somos quienes trabajamos y aportamos el capital y ellos
son los que nos dirigen guiados sin vergüenza alguna únicamente por sus intereses,
arrastrándonos en la mayoría de los casos a la desilusión y a la desesperanza,
mientras tenemos que tapar y pagar sus corrupciones o ineptitudes con la
complacencia de un sistema judicial entregado a los intereses de estos partidos
o a quien realmente representen.
Las ideas son puras, aunque los
hombres no. Los hombres que manejan hoy nuestras ideas son sucios, corruptos y generadores
de odios para tapar escándalos o ineptitudes, y debemos impedir que sigan tocándonoslas,
porque nos hacen sentirnos sucios e indefensos. Debemos retirarles nuestro
apoyo y conservar las ideas que nos pertenecen.
Con la introducción anterior me
gustaría lanzar una idea para limpiar las ideas de aquellos que las parasitan,
que nos decepcionan y nos arruinan, y no es más que la creación de MARCAS BLANCAS de todos los partidos
del espectro político, es decir creemos desde cero cada uno de los partidos
políticos, basándonos en cada uno de los manifiestos, estatutos y postulados, para
de esta forma mantener las ideas limpias, al menos por un tiempo, con la
consideración de que en el caso de que se volvieran a ensuciar nuestras ideas
siempre podrían ser regeneradas por otro partido de Marca Blanca.
Entiendo la magnitud de esta idea,
pero aún soy libre de pensar lo que quiera y tengo el derecho de intentar que
se lleve adelante, puesto que entiendo que es una propuesta que mejora nuestra
sociedad y que puede llevarnos a no sentirnos sucios y manoseados como hoy nos
sentimos muchos. Nosotros somos la empresa, y tenemos todo el derecho a crear
para su distribución productos etiquetados como Marcas Blancas, con el fin de
abaratar el producto para la sociedad al eliminar todas las tasas, ataduras y prebendas
generadas durante su existencia, a la vez que se mantienen todas las
características que lo definen.
Si entiendes que esta pudiera ser
una opción factible, tengas el pensamiento que quieras tener, te ruego
compartas esta idea con quien pueda ayudarte a llevarla a cabo o incluso
conmigo (salvo que entiendas que tus ideas vayan contra el resto de la sociedad).
Por definición yo soy de UPYD, pero entiendo que la mejor forma de mejorar esta
sociedad que nos ha tocado vivir, no solo es que mejore yo como persona o aportando
ideas en mi partido, sino también intentando que el resto de personas que
tienen otra forma de pensar, puedan hacerlo de una forma más eficaz, limpia y
libre de intereses que no sean realmente los suyos.
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